Personalidad: La forma mas rapida de convertirse en quien desea ser
La personalidad no está arreglada, simplemente nos dejamos predecir.
Las personas tienden a incumplir los roles impuestos por los entornos sociales. Ubicarse en nuevos entornos, rodearse de nuevas personas y asumir nuevos roles son las formas más rápidas de acceder a diferentes facetas de su personalidad -para bien o para mal-. Asuma por completo los roles que asume y cambiará de afuera hacia adentro.
Para romper con una comprensión común de la personalidad como innata e inmutable, es útil considerar la etimología. La palabra “personalidad” proviene de la palabra latina persona: una máscara que usa un actor en un teatro o un personaje que actúa en el escenario. También en la vida real, usamos diferentes máscaras y jugamos diferentes roles. Como William Shakespeare escribió:
“Todo el mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son meramente jugadores: tienen sus salidas y sus entradas; y un hombre en su tiempo juega muchas partes “.
Piense en esto por un minuto:
- ¿Mantiene siempre la misma personalidad?
- ¿Realmente se siente como la misma persona en todas las situaciones y circunstancias?
Por supuesto no. En algunas situaciones, puede ser callado, incómodo o tímido. En otros, estás en la cima del mundo. La personalidad del “usted” que aparece es muy diferente según la situación.
Si su casa fuera robada, sería diferente de si estuviera sentado en un avión o en el trabajo o en un concierto de rock. Alrededor de ciertas personas, como viejos amigos de la escuela secundaria, puede reflejar una versión más joven y menos madura de usted mismo. Algunas veces actúas más introvertido y otras veces más extrovertido.
Pero esto es lo interesante: a medida que las personas envejecen, tienden a dejar de involucrarse en nuevas situaciones, experiencias y entornos. En otras palabras, las personalidades de las personas se vuelven cada vez más consistentes simplemente porque dejan de ponerse en nuevos contextos. De hecho, el filósofo y psicólogo William James creía que la personalidad de una persona básicamente se había formado y arreglado completamente a los 30 años, porque a partir de entonces la vida de una persona a menudo se vuelve altamente rutinaria y predecible.
Cuando una persona alcanza los treinta años, dejan de tener la mayor cantidad de “primeras” experiencias. En su infancia, adolescencia e incluso veinte años, hay muchas experiencias: primer beso. Primera vez conduciendo. Primer trabajo. Primer gran fracaso. Primera vez que se muda a una nueva ciudad.
Pero en algún momento, nos “establecemos”. Dejamos de participar en nuevos roles y nuevas situaciones que traen a la luz nuevos y diferentes lados de nosotros. Debido a que las vidas de las personas se vuelven altamente rutinarias, tanto en sus roles sociales como en sus entornos, comienza a ver comportamientos y actitudes muy predecibles. Esta es una de las razones principales por las que la personalidad se ve como estable y predecible con el tiempo. No es que su personalidad se estabilice, sino que sus entornos de rutina y roles sociales lo encierran en patrones habituales.
Según el psicólogo de Stanford, Lee Ross, “vemos coherencia en la vida cotidiana debido al poder de la situación”. Ross explica que, en última instancia, es la situación y no la persona la que determina lo que consideramos personalidad.
“La gente es predecible, eso es cierto. Pero son predecibles porque los vemos en situaciones donde su comportamiento está limitado por esa situación y los roles que están ocupando y las relaciones que tienen con nosotros”.
La investigación ha demostrado que a medida que las personas envejecen, se vuelven cada vez menos abiertas a tener nuevas experiencias. Dejan de rodearse de nuevos tipos de personas, se involucran en nuevos roles y entornos, y asumen nuevos desafíos. Dejan de experimentar nuevas emociones. Cuando las personas se quedan atrapadas en las rutinas, envejecen demasiado rápido.
Cuanto más psicológicamente rígida es una persona, más se ve a sí misma como la misma persona en cada situación en la que se encuentra. Este enfoque estrecho elude la verdad, que es que en diferentes situaciones, no solo debe ser una persona diferente, sino que no puede evitar ser una persona diferente.
Desde una perspectiva occidental, esto puede no tener mucho sentido. Los occidentales tienden a ver el mundo desde lo que se llama un punto de vista “atomista”, que supone que algo (o alguien) puede entenderse independientemente del contexto. Esto implica aislar y abstraer cosas de su contexto e intentar explicarlas por sus rasgos “innatos”. Es por eso que vemos la personalidad como fija e inmutable, y también es por qué amamos nuestras pruebas de personalidad.
Una perspectiva más precisa y científica sería ver su personalidad relacionalmente, según lo determine su relación con las personas y las ideas que lo rodean.