Product Building: Los 10 Fundamentos
Deberíamos comenzar preguntándonos ¿qué problema vamos a resolver? Porque un error común que cometen los fundadores es no pensar eso; saben cuál es su idea, qué van a hacer y todo lo que hace su producto es capaz de hacer, pero a menudo no entienden el por qué ni saben cuál es el problema que esperan resolver al final de lo que están haciendo.
Creo que está bien para algunas empresas, especialmente para aquellas que están arrancando o se encuentran en fase de proyecto. Pero creo que en algún momento (tan pronto posible), hay que descubrir qué estamos haciendo y cuáles son los resultados que esperamos.
El propósito está en querer hacer algo por y para el mundo, interesarnos en una idea única o en un problema que no todos puedan resolver; si no, ¿qué caso tiene, verdad?
Pero la clave para conocer bien lo que hacemos y queremos lograr está en una pregunta:
¿Cuál es el problema real que estamos resolviendo?
Si no conocemos el problema, cómo sabremos si lo hemos resuelto. Por eso funciona preguntarnos también: “¿Puedo explicar claramente cuál es el problema claramente en dos oraciones?”. Si no podemos responder, es porque no conocemos el problema y seguramente, tampoco tenemos la solución… ¡todavía!
¿Ha intentado experimentar el problema por su propia cuenta? Esto no es obligatorio, pero siempre será útil. ¡Créame! Como fundadores, debemos considerar que estamos tratando de resolver un problema para otra persona (a quien realmente no conocemos, con quien nunca hemos hablado…).
Los 10 Principios para Construir Excelentes Productos
¿No es de sentido común que para construir una gran empresa se necesita un gran producto? Sin embargo, muchas personas piensan que invertir mucho dinero en marketing y relaciones públicas venderá productos. Pero si el producto no es bueno, todas las storytellings y asociaciones en el mundo solo terminarán en tiempo y dinero desperdiciado. O, como dijo David Ogilvy:
“Un buen marketing solo hace que un mal producto falle más rápido”
No leemos mucho sobre los fallos de los productos porque preferimos celebrar sus éxitos, pero hay innumerables emprendimientos fallidos que nunca consiguieron el producto correcto, así como grandes productos que fracasaron masivamente, a pesar de las potentes estrategias de marketing detrás de ellos. Piense en la muy corta vida de New Coke y the Newton, la primera PDA de Apple.
No existe una regla estricta y rápida sobre cómo construir un gran producto. Sin embargo, hay principios que se deben seguir, preguntas que se deben hacer y herramientas que se pueden usar. Y lo más importante, uno debe conseguir a las personas adecuadas para el trabajo. A continuación, algunos de los principios más importantes para crear un productos. Su objetivo es proporcionar un contexto y un marco en el largo viaje requerido para construir un gran producto.
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Cree el producto correcto antes de pensar en construir el producto correcto.
No pierda el tiempo en los detalles de las características del producto, en las complejidades de la tecnología que utilizará o en solucionar los pequeños problemas antes de estar seguro de que lo que está construyendo es lo que necesita el mercado.
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La intuición es importante pero no lo es todo.
No importa cuán buena sea su intuición, incluso si es un diseñador o gerente de productos experimentado, debe buscar aprovechar los datos disponibles en el mercado, proporcionados por los clientes y disponibles a través de sus competidores. Defina un plan de acción para refinar y validar iterativamente su intuición y tesis. Siempre hay un método y un proceso detrás del genio.
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Comprenda la propuesta de valor de su producto desde el principio.
Marty Cagan, en su artículo “Evaluando Oportunidades de Productos” (Assessing Product Opportunities), presenta diez preguntas fundamentales que puede hacer para hacer una evaluación útil sobre la oportunidad del producto:
- ¿Qué problema resolverá exactamente? (propuesta de valor)
- ¿Para quién resolvemos ese problema? (mercado objetivo)
- ¿Qué tan grande es la oportunidad? (tamaño de mercado)
- ¿Qué alternativas hay por ahí? (panorama competitivo)
- ¿Por qué estamos mejor preparados para perseguir esto? (nuestro diferenciador)
- ¿Por qué ahora? (ventana de mercado)
- ¿Cómo llevaremos este producto al mercado? (estrategia de lanzamiento al mercado)
- ¿Cómo medir el éxito / ganar dinero con este producto? (métrica / estrategia de ingresos)
- ¿Qué factores son críticos para el éxito? (requisitos de la solución)
- Teniendo en cuenta lo anterior, ¿cuál es la recomendación? (ir o no ir)
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Pregúntele al cliente si él o ella usaría su producto.
La metodología Lean Startup recomienda que nos preguntemos “¿debería construirse este producto?“, en lugar de “¿se puede construir este producto?”. Deberíamos extender eso al cliente. Hay una multitud de razones por las cuales alguien podría usar un producto, pero elegiría no hacerlo por el precio, el hábito, los costos de cambio o cualquier otra razón.
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Prototipo de sus hallazgos para poder interactuar con los clientes, así como con las partes interesadas internas.
Su objetivo inicial debe ser construir un producto mínimo viable que sea lo suficientemente bueno como para ponerlo frente a los clientes. A continuación, debe iterar sobre él basándose en pruebas, mediciones y aprendizajes. Esto no es solo un costo más bajo sino también una forma más rápida de construir el producto correcto. Hacer pequeños cambios medibles, probarlos rápidamente y refinar el producto en consecuencia es mucho más efectivo que hacer grandes cambios que requieren más tiempo para construir, más difíciles de probar y más difíciles de eliminar si no funcionan.
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Hable con los clientes.
Sí, eso significa reunirse con ellos, llamarlos y hacerles preguntas sobre sus hábitos y necesidades. Obsérvelos utilizando los productos de sus competidores y los suyos en varias etapas de desarrollo. Esto lleva tiempo, pero es extremadamente valioso a medida que diseña su producto. También hay muchas herramientas disponibles para permitirle continuar con la investigación de sus clientes de una manera más sistemática, desde encuestas hasta análisis y seguimiento del comportamiento, así como herramientas inteligentes de atención al cliente y comentarios.
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Lo que elimina es tan importante como lo que agrega.
Es fundamental aprender el “poder de decir no”, como dijo Tony Fadell, “el padre del iPod” y fundador de Nest Labs, en una entrevista. Recuerde que la belleza del iPod era su simplicidad. Cuando ingresa a la página de inicio de Google, lo único que puede hacer es buscar. La fuerza del proceso de pago de Amazon es su facilidad de uso y velocidad. Es el poder de la simplificación.
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No escuches a sus clientes si va a comprometer su marca.
Así mismo como lo lee.
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Para lograr todo lo anterior, debe construir una organización de productos sólida.
Necesita las personas adecuadas en los roles correctos para llevar a cabo sus pruebas de usuario, medir los datos, definir las características, iterar en el desarrollo y coordinar el proceso. Tómese el tiempo para encontrar a estas personas, capacitarlas y diseñar los procesos correctos que se utilizarán.
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Su producto debe contar una historia clara, simple y convincente.
Las personas se involucran con historias, no con hechos y características. David Rowan, editor de Wired Magazine en el Reino Unido, ilustra muy bien el impacto de la gran narración en varios productos en su charla sobre por qué los fundadores deben ser narradores. Piense en DeBeers y en lo que hicieron por la industria del diamante al contar la historia de que el compromiso de un hombre con su esposa está representado por el diamante que lleva en el dedo.
Construir grandes productos no es cosa fácil. Algunas personas piensan que por usar productos y tener opiniones sobre ellos, también pueden diseñarlos, pero son pocos quienes logran construir grandes productos. Los mejores productos surgen de ensayos y errores, de años de experiencia, de apasionarse por el diseño, de obsesionarse con la experiencia del usuario y siempre estar al tanto de las últimas herramientas y tecnologías. Sin embargo, debido a que cualquiera puede dar su punto de vista sobre el diseño o la funcionalidad sin antes haber recibido capacitación formal, a menudo las personas equivocadas terminan siendo las responsables de construir productos…